Mejorando la durabilidad
de las estructuras de hormigón armado
Ya sea por la humedad, la
carbonatación, la corrosión por cloruros o una suma de uno o varios de
los efectos anteriores, la corrosión del acero pasivo de las estructuras
de hormigón armado y postesado desencadena los mismos fenómenos electroquímicos:
disminución del pH del hormigón y aparición de un efecto pila en el acero
de las armaduras que supone la oxidación en la zona del ánodo (polo +)
y un efecto protector debido al flujo de electrones hacia el cátodo (polo
–). Este fenómeno constituye el principio en el que se basan los procedimientos
llamados de "protección catódica" desarrollados por Freyssinet
bajo la marca Foreva®, y que consisten en crear o colocar ánodos
en zonas próximas a las armaduras para lograr que estas actúen como un
cátodo.
Entre ellos destaca el procedimiento Foreva® GP Zinc, que consiste
en aplicar una fina capa de zinc sobre el hormigón con la ayuda de una
antorcha de plasma (el enlace de la capa con las armaduras se realiza mediante
un sistema de placas y varillas de acero inoxidable) para que dicha capa
se comporte como un ánodo. Al finalizar la operación de metalización se
aplica un producto que impregna y cierra los poros y que permite realizar
el acabado mediante una capa de pintura. Este procedimiento, destinado
fundamentalmente a las estructuras construidas en la costa, está pensado
para garantizar una protección de más de 30 años.
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Foreva®
GP Zinc |